Querías ser buena, querías agradarles, que te quieran, que te miren. Una niña pequeña mirando en los ojos de tus padres. Día tras día mostrar tus sentimientos, lo que vos querías, lo que te gustaba o necesitabas, parecía no siempre generar este efecto de “ser buena”.
Entonces fuiste aprendiendo, poco a poco, que responder a lo que los otros querían eso sí, con seguridad era “ser buena”, y venía el agradar y el cariño.
Y así, sin pensarlo, claro, te llevaste esta enseñanza para tu vida, “si estoy atenta a lo que los demás quieren, voy a recibir aprobación, voy a recibir amor”.
Pero la vida no funciona de este modo tan simple y cuando saliste al mundo con tu sensibilidad a las necesidades de los otros, al sufrimiento de los otros, te encontraste con que muchas veces las personas te pedían que vos hagas lo que ellos evitaban hacer o lo que no quieren y vos te encontrás sobre cargada y viendo como ellos SI pueden hacer lo que necesitan o lo que ellos desean.
No te dabas cuenta aún que el responder permanentemente a las necesidades ajenas solo era posible porque vos ya no podías darte cuenta de cuáles eran tus necesidades, habías anulado esa parte tuya cuando eras muy pequeña, ¿por qué te resultó menos efectiva para conseguir cariño que “ser buena”, quizás?
Hoy muchas veces te enojas con vos misma por ser “tan buena” y te lastimas pensando por qué no podes hacer otra cosa, por qué no sabes “decir que no”, por qué no podés poner límites a lo que te piden los demás.
Los sentimientos, los anhelos, las necesidades que ocultaste para satisfacer al resto están ahí, casi irreconocibles, pero están, generando mucho estrés, malestar, desánimo, llenándote cada vez más de enojos.
¡No es tu culpa, esa niña creyó que ser buena bastaría para hacerte feliz en la vida!
La parte que no supiste y que hoy sabes es que se trata de SER BUENA comenzando por vos misma y luego por los demás!
A partir de ahora, podes comenzar a desarrollar ese nuevo camino de regreso a descubrir tus propias necesidades, lo que querés, lo que sos.
Ese es un camino maravilloso de reconectar con vos misma, ¿Qué necesito? Esa es la pregunta por excelencia de la autocompasión, de tratarte con amabilidad y volver a quererte.
Encontrar ese amor, que tanto buscamos en otros cuando fuimos niños, dentro nuestro, es posible y muy necesario para amar mejor a los demás.
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