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El día que descubrí por qué las frases de auto-afirmación no funcionaban

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Hace un tiempo…a veces siento que mucho, pero la verdad no tanto, cuando me quedaba sola y en silencio,  me daba cuenta de que algunas “cosas” dentro de mí no andaban tan bien. Digo “cosas” porque es difícil nombrar lo que hay aquí adentro. Podrían ser sentimientos, recuerdos, reproches, culpas, ideas sobre mí misma.

Esas “cosas” que cuando las ves quisieras que no fueran tuyas.

A veces las encontraba y me generaban asombro, después me daba bronca que siguieran allí, porque ya las había trabajado en terapia, ya las tenía procesadas… Bueno, parece que hay “cosas” que no se van ni cuando ni como uno quiere.

Por más que intentaba decirme “estoy bien”, “soy perfecta tal y como soy”, el panorama no cambiaba. Estaba convencida de que no era suficiente y tenía que disimularlo, especialmente ante mí misma. Miraba a mi entorno y veía vidas equilibradas, felices, exitosas. A ellos no les faltaba lo que a mí sí.

Mi forma de ser se hizo cada vez más dura. Adopté actitudes de autosuficiencia e independencia, que llegaron a teñirse de soberbia. Y bueno, al que no le guste que no mire, incluyéndome.

Pero pasa el tiempo y te das cuenta de que ese esfuerzo por blindarte no cambia nada, si acaso las “cosas” se ven peor. Crece la vergüenza, crece la culpa, crecen los reproches.

Y en ese proceso, conocí una nueva forma de mirar hacia adentro: el mindfulness, poder estar con lo que hay. En lugar de salir corriendo, a distraerme, a defenderme, a querer eliminar, quitar, borrar, pude pasar a estar conmigo misma, a observarme, sin clasificar ni juzgar, sin razonar todo, sin rumiar al infinito y más allá. Después llegó la autocompasión y con ella, una nueva forma de relacionarme con las “cosas”, cuando pude verlas tal y como eran.

Comencé a darme cuenta de algo fundamental, más bien obvio: ese sufrimiento que me aislaba también lo experimentan otros. Y al comprender que no estaba sola en mi sufrimiento, al reconocerlo, aprendí a cuidarme, a darme amor para ir curando esas heridas que me causé al pelear tanto contra las “cosas”.

Si algo de esto resuena en vos, podes conocer más

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